lunes, 29 de septiembre de 2008

FEMENINO, MASCULINO... (!ª parte)

26 de septiembre

TEORICO Nº 18
Femenino, masculino... una cuestión de género
(primera parte)



TEXTO COMPLEMENTARIO OBLIGATORIO


Anorexia y bulimia
Resumen del artículo De la conversión histérica a la anorexia y la bulimia.
Por Dra. Daniela Rodríguez de Escobar

Muchos son los autores que han investigado el tema remarcando que la historia del concepto anorexia va íntimamente ligada a la evolución de la psiquiatría y de las ciencias biológicas y sociales a lo largo de los siglos XIX y XX. Pero hay estudios que remontan su origen al siglo XIV, así los de Rudolph Bell quien investigó la aparición y el ocaso de la anorexia santa en Toscana. Ginnetle Raimbault describe con detalle la vida de Catalina de Siena, canonizada en 1461, demostrando que si bien la “anorexia mental” como enfermedad se conoce desde hace un siglo, en el ámbito religioso ha existido desde siempre; la Europa medieval asistió a prolongados ayunos para conseguir la santidad. La respuesta de la Iglesia fue variando con el tiempo; en un momento dado aparece el escepticismo y las sospechas de herejía o posesión diabólica, hasta que la medicina ocupa su lugar. Al respecto, Claude Fischler escribe: “... la interpretación del fenómeno pasará de la piedad a la superchería y de esta a la patología...”. Los médicos del siglo XVII y XVIII la llamaron anorexia mirabilis, pérdida del apetito de carácter milagroso, pero a pesar de tal denominación buscaron desesperadamente desenmascarar el engaño. A mediados del siglo XIX aparece el fenómenos de las fasting girls (jóvenes ayunantes) que se extiende en Francia, Inglaterra y EE. UU. , se lo reconoce como vestigios de una cultura femenina religiosa antigua en una época secularizada; el contesto les atribuía facultades sobrenaturales pero se impone el criterio médico y en lo sucesivo será la histeria la explicación dominante.
Si bien la primera descripción de la enfermedad data de 1694, fecha en que Richard Morton la llama “consunción nerviosa” (1), la individualización de la misma la hacen Lasegue en 1873 y Gull en 1874, dándoles sucesivamente el nombre de anorexia histérica y anorexia nerviosa. Varios son los puntos a destacar de la impecable descripción de Lasegue:
1. Llamándola “histeria gástrica” la pone en serie con otros síntomas histéricos: tos convulsiva, aroma, ataques cínicos, etc.
2. La articulación entre lo que él “veía” y lo que los pacientes “decían” (insistiendo con especial cuidado sobre esto último), partían de “no puedo comer porque sufro”, para llegar a un segundo momento a decir “no sufro por lo tanto estoy sana” (la bella indiferencia).
3. Escribe Lasegue: “... en el período inicial, la única conducta sabia es observar y callar”, para finalmente en el tercer estadio, cuando las complicaciones aparecen inminentes, “la
histérica ha alcanzado el estatuto de enferma y habrá llegado el momento en el cual el médico debe retomar la autoridad y actuar”.
Posteriores a Lasegue hay descripciones de Janet y Charcot, siendo éste el que impone para estas pacientes el “aislamiento absoluto”, la necesaria separación del contexto familiar para su tratamiento. A su vez, Freud, si bien son pocas las veces que la cita, se refiere a ella como: “... la tan conocida anorexia nerviosa de las adolescentes”. (...)
La bulimia es difícil de evaluar. Históricamente se tienen pocos datos (Habermas recoge algunos) y la clínica, por su lado, indica que se trata en muchos casos de una “práctica social”, un cierto número de conductas con técnicas (como las de los vómitos provocados) que pueden ser resultado de una transmisión y aprendizaje; esto unido al aislamiento por vergüenza, hace muy difícil reconocer la bulimia como síntoma moderno o no; sí hay un aumento real del numero de consultas. En lo que respecta a la anorexia, existe una hipótesis de mayor frecuencia, pero los datos disponibles la rechazan por inconsistente: por un lado, los criterios diagnósticos han cambiado, por otro lado, falta una distinción sistemática entre admisiones y readmisiones. Además, a una mayor población de jóvenes corresponde un mayor número de casos, pero junto a este dato existe una mayor información de los medios al público respecto de los comportamientos alimenticios. Según Fischler: “.. el omnívoro humano tiene una necesidad constante de pensar su alimentación, de razonarla o de racionalizarla...”; en la actualidad, esta elección parece haberse hecho difícil y, a veces, obsesiva.
Por lo tanto, sobre el tema de la anorexia y bulimia como epidemia no hay acuerdo, el tema parece discutible.

El ideal de delgadez

En la Edad Media perseguían un ideal de santidad. Las jóvenes ayunantes del siglo XIX eran de extracción popular y modesta; sacaban algún prestigio de su celebridad, las familias las protegían como poseedoras de “un don del cielo”. En tanto, las descriptas por Lasegue, pertenecían a la burguesía y, según algunos autores, debería buscarse la explicación en las características de la sociedad victoriana de la época. En algunas descripciones del siglo XIX aparece el “temor a engordar” entre las anoréxicas, sin duda este fenómeno se hace manifiesto a partir de la aparición del “dietismo” (¿forma moderna de santidad?) a partir de la década del ’20. Fischler sostiene que la lipofobia (odio a las grasas) se ejerce de manera más manifiesta sobre el cuerpo de la mujer que sobre el del hombre.
En recorrido histórico puede reconocerse la transformación del ideal del cuerpo femenino. Benett y Gurín, citados por Raimbault, ponen en relación el ideal “modelo delgadez” con la liberación sexual de la mujer. Describen tres tipos de “mujer ideal”:
a) En la Edad Media, la corpulencia es igual a vientre fértil.
b) En el siglo XVII, se acentúan los pechos y las nalgas como símbolo maternal.
c) Finalmente, en el siglo XX, se borran los símbolos maternales y se valoriza la renuncia a los roles tradicionales.
Fischler, a su vez, describe la transformación como “... de calipge (la de las bellas nalgas) a tanagra (joven, fina y graciosa)”; la del cuerpo de mujer corpulento y gordo al cuerpo femenino moderno que no sólo debe ser delgado sino todo músculo, firmeza y vigor. Operándose en ese recorrido un doble movimiento: del “vestido” al “cuerpo uno” (ya que la delgadez aparece con la línea neo imperio que hace “aflorar el cuerpo bajo la ropa sin mediación ni aparato”, y otro de la “madurez” a la “juventud” como valores sociales. Pero Fischler insiste que detrás de este doble movimiento hay una radical transformación del papel y la imagen de la mujer. Escribe: “El adelgazamiento del modelo corporal coincide con la evolución de las costumbres y la división de papeles entre los sexos, con la presencia de la mujer no sólo en la reproducción, sino en la producción y la creación”.
Anthony Giddens, por su parte, considera que el cuerpo ha pasado a formar parte de la “refllexividad de la modernidad”; lo explica diciendo: “Los regímenes corporales y la organización de la sensualidad en la modernidad reciente se abren a una atención refleja continua que aparece sobre el trasfondo de la pluralidad de elecciones (...), como medio de influir reflejamente en el proyecto del yo”. Lo dicho remite a Freud en El Yo y el Ello : “El yo deriva de las sensaciones corporales, principalmente de aquellas producidas en la superficie del cuerpo, por lo que puede considerarse el yo como una proyección mental de esa superficie”. Volviendo a Giddens, él entiende la anorexia como una “patología del control reflejo del yo”, dado que las mujeres tienen hoy la posibilidad de “elegir” entre múltiples oportunidades y para lograrlas deben “abandonar su identidad anterior prefijada más radicalmente que los hombres”. Así, en la anorexia, el cuerpo estrictamente controlado, es un modo de existencia en el marco de una cultura de riesgo. (...)


Conclusión
La medicina reconoce un organismo enfermo y lo medicaliza. El psicoanálisis escucha un cuerpo y en el estatuto de la anorexia (en este caso), encuentra la enunciación del sujeto y cómo ésta se modaliza en su discurso. Pero, en el punto donde están trastocados “organismo” por un lado y “cuerpo en tanto dicho” por el otro, hay que separar las lógicas propias de cada disciplina.

(1) CONSUNCION: acción y efecto de consumir o consumirse.


Guía de lectura

diseño.com capítulo 13
"Femenino, masculino... una cuestión de género"

1. Sexo. Sexualidad. Género. Analogías y diferencias conceptuales.
2. Los conceptos de hombre y mujer en Lacan
3. El concepto de amor en Freud y Lacan
4. Lo fálico: primera definición.
5. Negación. Denegación. Renegación.
6. Falo. Fase fálica. Mujer fálica. Definiciones del “diccionario”.
7. Perspectiva falocéntrica: definición.
8. Los “cruces” entre sexo, sexualidad y género sexual: travestismo, androginia, unisex.
9. Mujer madre y mujer prostituta: espacio privado, espacio público.


"El cuerpo o el osario de signos"
en El intercambio simbólico y la muerte Jean Baudrillard Módulo 2

1. Osario: tumba. Osario del signo: lugar donde “yace” el signo.
2. La demarcación: el cuerpo signado.
3. El cuerpo como lugar de la demarcación.
4. Lo fálico en la mujer. El erotismo.
5. Estrtegias retóricas del erotismo.
6. Strip Tease. Hipernarcisismo.
7. Narcisismo dirigido (desde los medios masivos)
8. La manipulación incestuosa en lugar de la represión. Autonomía y subversión a la ley.
9. El cuerpo “no existe”. Modelos del cuerpo.
10. El falo como referencia, unidad de “medida”, patrón de equivalencia durante la “economía del signo”.
11. El cuerpo sustituye la sexualidad.
12. La dualidad sexual. ¿Podrían ser tres, cuatro, seis sexos?
13. El sentido se escinde desde el hiato.
14. El cuerpo y su demarcación.
15. La escena actual de la erección – castración.
16. La castración está significada como en el signo lingüístico.
17. La marcación: metonimia en “efigie fálica”.
18. Lo fálico no se resume en “lo emergente”.
19. La boca que “no besa”.
20. La mirada como denegación.
21. El cuerpo como emergencia del falo: el cuerpo fetiche.
22. Cuerpo femenino: “juega” tanto para mujeres como p para hombres.
23. Cuerpo masculino: menos retórica erótica.
24. Discriminación sexual y discriminación política: el fetiche.
25. “Casi desnuda”: más desnuda que al natural.
26. Goldfinger: mujer sin orificios.
27. Desnudez segunda: desnudez diseñada.
28. Duplicación del espejo. Hipernarcisismo.
29. Strip Tease: más ataviada que vestida.
30. Desnudez y contexto.
31. El buen y el mal Strip.
32. Estrategias publicitarias: “hacete cargo de tu cuerpo”.
33. La coacción ya no es violenta ni genital.
34. La madre fálica. Identificación con el falo de la madre.
35. Las formas de lucha “in – encontradas”. (¿in – encontrables?)
36. La producción y la significación convergen. ¿Será ésta una definición más de diseño?
37. La sexualidad se funcionaliza.
38. Privilegio de la genitalidad.
39. El cuchillo no es “lo pleno” que atraviesa “lo pleno”.
40. El discurso “pleno” no es erótico.




Para la clase de trabajos prácticos del viernes 3 de octubre:

Estudiar:

“Femenino, masculino... una cuestión de género”
capítulo 13 de diseño.com


TEXTO COMPLEMENTARIO OBLIGATORIO
Anorexia y bulimia


“El cuerpo o el osario de signos”
en
El intercambio simbólico y la muerte.
Jean Baudrillard.
En Módulo 2



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