jueves, 25 de junio de 2009

El perfil del diseñador está errado

TEXTO COMPLEMENTARIO NO OBLIGATORIO PARA EL CURSO DE COMUNICACIÓN Y CRÍTICA.

El perfil del diseñador está errado
Jorge Piazza
FOROALFA
Buenos Aires 23/06/2009

Es necesario operar cambios en la educación del diseño en pro de una capacitación que sirva para enfrentar la realidad laboral.
El 95% de los estudiantes se proyectan en su vida laboral futura como profesionales independientes. (1)
El dato no es menor porque, con absoluta contundencia, pone de manifiesto una necesidad específica de capacitación para el futuro profesional. A ese dato estadístico hay que sumarle otras realidades del mercado:

Existen muy pocos puestos laborales en relación de dependencia ocupados por
diseñadores que superen los diez años de vida profesional. Cumplida esa etapa
o incluso antes, el profesional-empleado suele aventurarse al emprendimiento
propio.

La salida laboral en relación de dependencia para profesionales jóvenes no
parece convocar diseñadores sino a operarios. Basta leer los anuncios que se
publican en diversos medios: «Se busca diseñador con manejo en entorno Mac/PC,
con conocimiento de programas: Photoshop, Ilustrator…».

La independencia
En estudios realizados acerca del emprendedorismo en América Latina se menciona que la principal escuela donde se forjan la vocación y la competencia para crear y manejar un emprendimiento es el empleo en el que el emprendedor trabajó previamente.(2) En el caso del diseño, si ese trabajo consistió en estar frente a una computadora bocetando o armando originales, la consigna no se va cumplir. Y, en efecto, quienes realizan esa función, que es la que abunda en el formato de relación de dependencia, no adquieren ninguna de las competencias necesarias para posteriormente formar y llevar adelante el estudio propio.
Estos mismos informes aseguran que la baja presencia de modelos de rol y la débil contribución del sistema educativo a la adquisición de capacidades emprendedoras figuran entre los principales aspectos culturales que obstaculizan, en alguna medida, el surgimiento de nuevas vocaciones empresarias.
¿Qué curioso que una profesión donde los modelos de rol están ausentes, y donde la educación es por demás deficiente en lo que hace a capacitar en aspectos de emprendedorismo, tenga una tendencia tan marcada hacia la salida laboral
independiente?
La ausencia de modelos no se debe a que no existan, sino a cierto hermetismo por parte de los estudios de diseño a hablar de temas relacionados con el negocio (durante años el precio del servicio del diseño pareció ser un tabú, y aún hoy, hay estudios que ni quieren tocar ese punto). A lo que hay que sumar una fuerte tendencia por parte del estudiantado a interesarse en apreciar sólo los productos gráficos de los estudios referentes del mercado, observándolos casi como figuritas, y mostrando un preocupante desinterés por indagar en temas referidos al negocio del diseño. De esta manera, armar un estudio propio está más emparentado con la idea de auto-emplearse que con la de formar una empresa de diseño.
La consecuencia directa de la situación descripta es que los profesionales terminan transitando un arduo camino de aprendizaje que se basa en el anti-método del tropezón-caída-levantada, con la posibilidad no segura de sacar conclusiones que eviten nuevas caídas. Este proceso suele implicar diez años de penurias, donde nada asegura llegar a buen puerto ni conservar la autoestima necesaria para continuar.
A esto debe agregarse que la puerta de entrada al diseño está plagada de futuros estudiantes con una fuerte inclinación hacia lo artístico —y el correspondiente estilo «bohemio» que eso conlleva—, totalmente alejados de conceptos empresariales y de negocios. Los diseñadores nos sentimos mucho más cercano a un artista plástico que a un contador. ¡Lástima que uno de los primeros pasos para armar un estudio sea contactar justamente a un contador!
En respuesta al hecho de no contar con una inclinación natural que nos predisponga a llevar adelante un negocio, con todo lo que ello implica, este tipo de contenidos deberían convertirse en prioritarios durante nuestra etapa de formación. La palabra clave en este asunto es: «Gestión».

La gestión
Es una tarea difícil explicar a los estudiantes de los primeros años, que con cierta razón consideran que estudian para diseñar, cuán determinante será el capacitarse en gestión para el desarrollo de su profesión. Es lógico que un estudiante considere que para diseñar no se requiere de conocimientos de gestión. Pero es incomprensible e inaceptable que casi todo el sistema educativo, ignore el dato estadístico con que iniciamos este texto y, en definitiva, no brinde la capacitación necesaria a los estudiantes.
Paradójicamente, el censo antes mencionado arrojó también el siguiente dato: Para el 65.5% de los profesionales y docentes las casas de estudio no contribuyen a la adquisición de capacidades emprendedoras y de gestión Imaginemos una estructura unipersonal, en la que el diseñador hace frente a todas las tareas. No pasará mucho tiempo hasta que, ante al crecimiento en la demanda de trabajo, deba comenzar un proceso de delegación a través de
tercerizaciones y alianzas (en la medida que no desee que su estructura crezca).
¿Cuáles serán la tareas tercerizadas? O, para simplificar, ¿cuál es la única tarea que no se puede delegar?: La gestión.
¿Cómo es posible que lo único indelegable sean aquellas tareas que requieren de conocimientos y habilidades que no hemos incorporado? La realidad marca que el diseñador novel tiende a vivir frustraciones profesionales, y no por falta de trabajo, sino por no saber gestionar el trabajo. El profesional con más años de trayectoria vive otro tipo de frustraciones, en este caso porque pese a tener un alto ritmo laboral, no termina de convertirlo en negocio.
Para que se cumpla la premisa planteada en la frase que inicia este texto (que los profesionales logren desarrollarse como profesionales independiente), es necesario un importante ajuste a nuestro perfil profesional. La incapacidad de gestionar un estudio de diseño —que generalmente conlleva no trazar estrategias, desconocer como posicionarse en el mercado y no tener una misión y visión claras—, colabora muy estrechamente con la imagen que proyectamos al mercado.
Esto, además de perjudicar a cada diseñador, contribuye al desmerecimiento de la profesión. Lamentablemente, para la mayoría de los clientes, el diseñador gráfico es una persona que sabe hacer dibujos.
Un estudio de diseño que enfrenta continuamente al mercado con una inseguridad absoluta del servicio que brinda, del por qué de sus costos, sin saber como venderse, vive a diario situaciones de roce y desgaste con los clientes.
Situaciones que terminan por predisponer mal al cliente frente al diseño y a la importancia que puede tener para su empresa. Cuando me refiero al cliente pienso en la infinidad de PyMEs que conforman el mercado, que no contratan diseño, o lo hacen mal. Esa inmensa porción del mercado es vital frente al desmesurado crecimiento en la oferta educativa, con el consiguiente incremento en el número de egresados. No se puede seguir proyectando la profesión poniendo el foco únicamente en las pocas grandes empresas, que conocen muy bien el aporte del
diseño, pero tienen una larga lista de estudios esperando la oportunidad de brindarles servicios.

Los diseñadores ¿en contra de los negocios?
Quienes eligen al diseño como profesión suelen tener ciertas características personales en común. Una de ellas es carecer de habilidad para todo aquello relacionado con asuntos de negocios. Esta carencia debería alentar la capacitación en aspectos de gestión empresaria. Sin embargo, en los ámbitos académicos se oculta el tema y, en lugar de hablar de «clientes», se habla de «comitentes». Ese extraño uso llama poderosamente la atención. Podemos suponer
que algunos diseñadores quieren alejarse todo lo posible del concepto de negocio, para así mantener limpia «tan digna profesión». De esta manera, nos asemejamos al médico, que no tiene clientes, sino pacientes. Pero la medicina es uno de los grandes negocios del mundo. Cada vez que uno ingresa a un consultorio, lo hace abonando previamente al entregar su carnet de obra social o medicina prepaga, para luego tener que aguardar el tiempo que sea en una soporífera sala de espera, y (posiblemente) terminar escuchando lo que no quiere
oir. En cambio el diseñador, acostumbrado a las demoras del cliente, trata de mostrarle aquello que supone le «gustará», para mucho después intentar cobrar lo que considera que vale su trabajo, aunque pocas veces lo sepa a ciencia cierta.
¿Por qué creímos que la palabra negocio ensuciaba al diseño?, ¿cuándo decidimos tener comitentes y no clientes? Suele coincidir que muchos de los que defienden esta posición extremista de un diseño «noble», alejado de los intereses y banalidades del mercado, son justamente los que decidieron no vivir de la práctica del diseño como profesión.
¿A qué obedece la ausencia de herramientas de gestión en los planes de estudio de una carrera en la que el 95% de los estudiantes aspira a formar una empresa?
Cuesta encontrar una explicación. Lo cierto es que desde su formación, se enseña al diseñador gráfico a rechazar en forma sistemática la palabra «negocios».

El panorama resulta desalentador: a nuestra incapacidad natural para la venta, hay que sumarle nuestro perfil profesional errado —asociado a la informalidad y la bohemia—, que contribuye a una sub-valoración de la actividad por parte del mundo empresario, en un mercado en el que la oferta de diseñadores supera con creces a la demanda, determinando precios cada vez más bajos para los servicios de diseño gráfico (ley básica del mercado) y, por ende, también un deterioro en los sueldos de los diseñadores asalariados.
Los diseñadores gráficos formamos parte de una actividad que constituye una porción ínfima de la economía y, a pesar de esa realidad, nos han inculcado cierta ¡culpa! por tener «clientes» a quienes les «vendemos» nuestros servicios.
En tanto no asumamos nuestra «responsabilidad con nosotros mismos» y nuestras familias (o futuras familias), seguiremos teniendo problemas económicos o, llegada cierta edad, nos veremos obligados a cambiar de actividad por otra que nos permita ganarnos la vida.

(1) Dato obtenido en el Primer Censo de Aproximación a la Realidad del Mercado del Diseño Argentino, realizado por Redargenta en el año 2004. La investigación se llevó a cabo a través de encuestas a estudiantes, profesionales y docentes, habiendo abarcado a nueve mil personas, y obteniendo respuestas de todas las provincias argentinas donde se enseña Diseño Gráfico.

(2) «Empresarialidad en economías emergentes», Informe Argentina. Banco Interamericano de Desarrollo - Universidad Nacional General Sarmiento.

jueves, 18 de junio de 2009

Bésame poco

EL SIGUIENTE TEXTO SE INCLUYE COMO APLICACIÓN DE FUNCIONES DEL LENGUAJE, FIGURAS DEL MITO Y OPERACIONES RETÓRICAS EN EL APUNTE CORRESPONDIENTE AL TEÓRICO Nº 10.
SE REPITE ABAJO EN NEGRO

Bésame poco
Por Sandra Russo
Página/12, 30/04/09

Pandemia, pandemia, pandemia. Uno no puede dejar de escuchar un morbo mediático en la reiteración de la palabra que describe la globalización por otras vías. Hay un estallido generalizado de símbolos. Se derrumba un sistema político y económico que tenía al individuo como eje, y ataca al mundo en forma de pandemia un virus mutante que supo de vuelos y estiércol y que presenta la forma de una simple gripe. Pero el primer efecto de la pandemia es eliminar las simples gripes. Ya no las hay. Cualquier calentura es señal de alarma. Las personas son interceptadas en los aeropuertos en busca de información sobre su organismo. Y desde México, donde se juegan partidos de fútbol “a puertas cerradas”, también llega la noticia de las telenovelas sin besos. Nuestro mundo se está modificando.
No es que uno crea en las enfermedades de diseño, sobre las que ha visto unas cuantas películas norteamericanas. Ni que participe de posiciones conspirativas que imaginan a diez personas decidiendo en secreto algo que cambiará incluso (y sobre todo, como es costumbre, que eso no cambia) nuestras vidas periféricas. Pero justo en el momento en que la economía real hace revisar el ideario neoliberal que condujo al desastre, un ideario posneoliberal asoma en el único otro punto más sensible que la economía: la salud.
El posneoliberalismo está pronto a adquirir nuevas formas, porque va de suyo que embriona, y se diría que no se llamará así, que es muy pomposo. Podría llamarse, por ejemplo, Política de Manos Limpias, no porque deje atrás su intrínseca corrupción, sino porque hará eje en la desinfección obsesiva del espacio público, que de todos modos dejará de usarse, ya que cualquiera puede tener fiebre, y es más: cualquiera puede estar incubando fiebre. ¿Cuánto apostamos a que las señoras caceroleras serán las primeras en enchufarles barbijos a sus mucamas, que llegan desde el suburbio? No puede uno imaginarse, si la pandemia sigue siendo pronunciada con tanto énfasis y excitación, lo peligrosos que serán todos y cada uno de los pasajeros del transporte público. Es que es el aire que media entre uno y otro ser el que contiene la peste. Es que ya no es conveniente aproximarnos.
Escucho a un sanitarista hablar de “planes de contingencia”. Claro, la maldita contingencia. Es aquí cuando debería intervenir el Chapulín Colorado, pero bueh, es mexicano. La contingencia es algo de lo que siempre escapamos, algo que preferimos creer que no existe, un fantasma. La civilización que se globalizó y llevó sus hilachas virtuales a los lugares más lejanos es una civilización cimentada en la idea de que todo puede preverse y planificarse. Pero paradójicamente, esa civilización que vende imágenes de gente segura y tranquila se asienta en un sistema de explotación de un planeta que da probadas muestras de cansancio.
En las telenovelas mexicanas los amantes ya no se besan, y es posible presumir que si la pandemia pasa del grado 5 al 6, como se indica una y otra vez en los noticieros, los bunkers antiaéreos de este nuevo desastre serán unipersonales. Cada criatura aislada en su propio cuerpo. Cada uno cuidándose de las cosas terribles que pueden salir del cuerpo del otro.
Justo cuando un modelo político y económico basado en el más encarnizado individualismo se fractura y deja ver sus intestinos, el sistema sanitario mundial se pone en alerta por la peste que nos vuelve a todos Michael Jackson, todos un poco chiflados sospechando de la tos del vecino.

No es que uno crea en las enfermedades de diseño, pero qué justo.

miércoles, 10 de junio de 2009

Signos y palabras

TEXTO COMPLEMENTARIO NO OBLIGATORIO PARA EL CURSO DE COMUNICACIÓN Y CRÍTICA

Libros en agenda
Signos y palabras
Silvia Hopenhayn Para LA NACION
Miércoles 10 de junio de 2009 Publicado en edición impresa

La poesía siempre está al borde de decirlo todo, o por lo menos de atisbar un todo insondable. Como si los poetas pudieran tocar con las palabras algo constitutivo de lo humano que no se deja nombrar tan fácilmente. Este aspecto táctil de lo escrito los acerca a la pintura. Muchos han buscando algún secreto escondido entre el signo y el trazo, la línea y la mancha. Henri Michaux fue uno de ellos. Anduvo por los bordes: primero, en el lejano Oriente, viaje que volcó en su libro Un bárbaro en Asia , traducido por Borges en 1941; luego, el borde de adentro, lo que Michaux llamó el "lejano interior", tras su experiencia con las drogas, sobre todo la mescalina, que aparece en libros, como Miserable milagro o Infinito turbulento . Este tanteo vertiginoso tiene antecedentes ya en su primera obra publicada, Caso de locura circular (1923) y en otros textos, como Conocimiento por los abismos , La vida en los pliegues o Ailleurs ("por afuera").
Si bien no llegó a caerse, Michaux sufrió del "exilio de las palabras", al decir de Le Clézio. En realidad, buscaba desligar las palabras de su significado para rescatar el impulso verbal. Llegar a la abstracción total que, según él, constituía la velocidad. Por eso -de manera más solitaria y rabiosa que Apollinaire- fue arrimándose al ideograma, al pictograma, haciendo del signo una huella del deseo. "Signos/ signos no de techo, de túnica o palacio/ no de archivos ni enciclopedia del saber/ sí de torsión, de violencia, brusquedad/ de deseo cinético [Michaux]." Como Mallarmée, le interesaba no tanto describir las cosas, sino sus efectos. Atrapar al voleo el efecto de las palabras y plasmarlo. Claro que, para ello, las mismas palabras no le bastaban; era como si éstas no llegaran a tiempo. De allí su vuelco al trazo, primero ligado a la línea del alfabeto, luego indagando en figuras más recónditas, ciudades ocultas, animales por lo general monstruosos, pájaros, insectos o larvas. El mismo escribió: "El arte es lo que ayuda a salir de la inercia". Es interesante que su apego a cultores del surrealismo o su amistad con Paul Klee o De Chirico no lo asimilaran al movimiento artístico de la época. La obra de Michaux, en este sentido, es tan singular como aislada.
El libro-catálogo de la actual muestra Un diálogo de signos , en la galería La Ruche, que reúne la obra de León Ferrari con Henri Michaux, da cuenta de esta experiencia en los bordes. Apela al movimiento de las palabras, a la velocidad de la letra que se hace dibujo para liberarse de la convención. El diálogo que entablan Ferrari y Michaux es desfasado en el tiempo, pero ligado en el espacio. Como si entre ambos tejieran el enlace entre las palabras y el dibujo. Vale recordar el genial Cuadro escrito (1964), de Ferrari, en el que el artista describe la pintura que haría si supiera pintar, y todo el cuadro consta de palabras que revelan el carácter pictórico de la pintura que no está.
Quizá la apuesta mayor, el revés del signo sea, más que representar, hacer presente.

miércoles, 3 de junio de 2009

CyC.2009. 08 OPERACIONES RETÓRICAS

UBA FADU - DISEÑO DE INDUMENTARIA – DISEÑO TEXTIL
COMUNICACIÓN Y CRÍTICA - SEXE
CURSO DE VERANO 2009
5 de junio

TEÓRICO Nº 8
OPERACIONES RETÓRICAS

Para la clase de Trabajos Prácticos del viernes 12 de junio:

Estudiar:
“Retórica y diseño” capítulo 9 de DISEÑO.COM


Aplicación conceptual

- Analizar Figuras Retóricas en los siguientes poemas (canciones) de Andrés Calamaro, Luis Miguel, Carlos Gardel, Joan Manuel Serrat, Mario Benedetti y Jorge L. Borges.

- Señalar el NIVEL y las OPERACIONES que se presentan en cada caso.

- Para el caso de las metáforas y las metonimias: explicar su funcionamiento indicando generalizantes y particularizantes. Clasificar las metáforas según: particularizante presente / ausente, metáforas por comparación, y “es” de equivalencia.

Flaca
Andrés Calamaro

Flaca no me claves, tus puñales, por la espalda, tan profundo, no me duelen, no me hacen malLejos, en el centro, de la Tierra, las raíces, del amor, donde estaban, quedaránEntre “no me olvides” me deje nuestros abriles olvidados, en el fondo del placard, del cuarto de invitados, eran tiempos dorados de un pasado mejor.Aunque casi me equivoco y te digo poco a poco “no me mientas”, “no me digas la verdad”, “no te quedes callada, no levantes la voz, ni me pidas perdón”.Aunque casi te confieso que también he sido un perro compañero, un perro ideal que aprendió a ladrar y a volver al hogar para poder comer.Flaca no me claves, tus puñales, por la espalda, tan profundo, no me duelen, no me hacen malLejos, en el centro, de la Tierra, las raíces, del amor, donde estaban, quedarán


Por debajo de la mesa
Luis Miguel

Por debajo de la mesa, acaricio tu rodilla,
y bebo sorbo a sorbo tu mirada angelical
Y respiro de tu boca esa flor de maravilla
las alondras del deseo,cantan, vuelan, vienen, van.

Y me muero por llevarte, al rincón de mi guarida,
en donde escondo un beso con matiz de una ilusión
se nos va acabando el trago,sin saber qué es lo que hago,
si contengo mis instintos
o jamás te dejo ir.

Y es que no sabes lo que tú me haces sentir
si tú pudieras un minutoestar en mí…
Tal vez te fundirías a esta hoguera de mi sangre,
y vivirías aquíy yo abrazado a ti.
Y es que no sabeslo que tú me haces sentir
que no hay momento queno pueda estar sin ti…
Me absorbes el espacio y despacio me haces tuyo…
Muere el orgullo en mi,y es que no puedo estar,
sin ti.


Cuando no estás
Carlos Gardel

Solo en la ruta de mi destino,
sin el amparo de tu mirar,
soy como el ave que en el camino
rompió las cuerdas de su cantar.

Cuando no estás, la flor no perfuma.
Si tú te vas, me envuelve la bruma.
El zorzal, la fuente y las estrellas,
pierden para mí su seducción.

Cuando no estás, muere la esperanza.
Si tú te vas, se va mi ilusión.
Oye mi lamento, que confío al viento,
todo es dolor… cuando tú no estás.

Nace la aurora resplandeciente,
clara mañana, bello rosal,
brilla la estrella, canta la fuente,
ríe la vida, porque tú estás.


No hago otra cosa que pensar en ti
Joan Manuel Serrat

No hago otra cosa que pensar en ti...
Por halagarte y para que se sepa,
tomé papel y lápiz, y esparcí
las prendas de tu amor sobre la mesa.

Buscaba una canción y me perdí
en un montón de palabras gastadas.
No hago otra cosa que pensar en ti,
y no se me ocurre nada.

Enciendo un cigarrillo, y otro más...
Un día de ésos he de plantearme
muy seriamente dejar de fumar,
con esa tos que me entra al levantarme...

Busqué, mirando al cielo, inspiración,
y me quedé "colgao" en las alturas.
Por cierto, al techo no le iría nada mal
una mano de pintura.

Miré por la ventana y me fugué
con una niña que iba en bicicleta.
Me distrajo un vecino que también
no hacía más que rascarse la cabeza.

No hago otra cosa que pensar en ti...
Nada me gusta más que hacer canciones,
pero hoy las musas han "pasao" de mí.
Andarán de vacaciones…


Te quiero
Mario Benedetti

Tus manos son mi caricia, mis acordes cotidianos,
te quiero porque tus manos trabajan por la justicia.
Si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo
y en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos.

Tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada,
te quiero por tu mirada que mira y siembra futuro.
Tu boca que es tuya y mía, tu boca no se equivoca,
te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía.
Si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo
y en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos.

Y por tu rostro sincero, y tu paso vagabundo,
y tu llanto por el mundo, porque sos pueblo te quiero.
Y porque amor no es aureola ni cándida moraleja
y porque somos pareja que sabe que no está sola.

Te quiero en mi paraíso, es decir, que en mi país,
la gente viva feliz aunque no tenga permiso.
Si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo somos mucho más que dos.


¿Por qué cantamos?
Mario Benedetti

Si cada hora viene con su muerte
si el tiempo era una cueva de ladrones
los aires ya no son tan buenos aires
la vida es nada más que un blanco móvil
y usted, preguntará por qué cantamos.

Si los nuestros quedaron sin abrazo,
la patria casi muerta de tristeza
y el corazón del hombre se hizo añicos
antes que estallara la vergüenza.
Usted, preguntará por qué cantamos.

Cantamos porque el río está sonando
y cuando suena el río, suena el río,
cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino.
Cantamos por el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo,
cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos

Si fuimos lejos como un horizontes
iaquí quedaron árboles y cielosi
cada noche siempre era una ausencia
y cada despertar un desencuentro,
usted, preguntará por qué cantamos

Cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza.
Cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca,
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota.

Cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta.


Y ahora:

Fundación mítica de Buenos Aires
Jorge Luis Borges
En Cuaderno San Martín (1929)

¿Y fue por este río de sueñera y de barro
que las proas vinieron a fundarme la patria?
Irían a los tumbos los barquitos pintados
entre los camalotes de la corriente zaina.
Pensando bien la cosa, supondremos que el río
era azulejo entonces como oriundo del cielo
con su estrellita roja para marcar el sitio
en que ayunó Juan Díaz y los indios comieron.
Lo cierto es que mil hombres y otros mil arribaron
por un mar que tenía cinco lunas de anchura
y aún estaba poblado de sirenas y endriagos
y de piedras imanes que enloquecen la brújula.
Prendieron unos ranchos trémulos en la costa,
durmieron extrañados. Dicen que en el Riachuelo,
pero son embelecos fraguados en la Boca.
Fue una manzana entera y en mi barrio: en Palermo.
Una manzana entera pero en mitá del campo
expuesta a las auroras y lluvias y suestadas.
La manzana pareja que persiste en mi barrio:
Guatemala, Serrano, Paraguay, Gurruchaga.
Un almacén rosado como revés de naipe
brilló y en la trastienda conversaron un truco;
el almacén rosado floreció en un compadre,
ya patrón de la esquina, ya resentido y duro.
El primer organito salvaba el horizonte
con su achacoso porte, su habanera y su gringo.
El corralón seguro ya opinaba Yrigoyen,
algún piano mandaba tangos de Saborido.
Una cigarrería sahumó como una rosa
el desierto. La tarde se había ahondado en ayeres,
los hombres compartieron un pasado ilusorio.
Sólo faltó una cosa: la vereda de enfrente.

A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires:
La juzgo tan eterna como el agua y el aire.


Glosario:

Sueñera. Cama, hamaca, catre, lecho.

Zaino/a: Dicho de un caballo o una yegua: Castaño oscuro que no tiene otro color.

Azulejo: Dicho de un caballo o una yegua: Entrepelado de blanco y negro que
en ocasiones, particularmente cuando está mojado, presenta reflejos azules.

Juan Díaz. Se refiere a Juan Díaz de Solís. En 1515 partió del puerto de Sanlúcar al
mando de tres naves. Navegó las costas brasileñas y uruguayas hasta llegar al Río
de la Plata, que llamó Mar dulce. Al desembarcar fue atacado por indios
charrúas o guaraníes que dieron muerte a toda la tripulación.
Siempre se dice que a Solís se lo comieron los indios; tal vez, comieron a todos.

Endriago: Del cruce entre hidra y drago: Monstruo fabuloso, con facciones humanas y
miembros de varias fieras.

Trémulo: 1. Que tiembla.
2. Dicho de una cosa que tiene un movimiento o
agitación semejante a la luz de una vela.
Ojo, la oración: “Prendieron unos ranchos trémulos en la costa…”

Embeleco: 1. Embuste, engaño.
2. Persona o cosa fútil, molesta o engañosa.
3. Juego, enredo, montaje, complicación.

Fútil. (Mencionada como acepción de embeleco). De poco aprecio o importancia.

Suestadas. Sudestadas.

Habanera: 1. Oriunda de La Habana.
2. Baile de origen cubano en compás de dos por cuatro (como el tango)
y de movimiento lento.

Saborido, Enrique.
Bailarín, pianista y compositor nacido en Montevideo en 1877.
Es el autor de la música del tango La morocha (entre oíros tangos).

Sahumar. Dar humo aromático a algo con el fin de purificarlo o que huela bien.


Menciones de colores:

“entre los camalotes de la corriente zaina...”

“supondremos que el río era azulejo entonces como oriundo del cielo…”

“con su estrellita roja para marcar el sitio…”

“Un almacén rosado como revés de naipe…”“el almacén rosado floreció en un compadre…”


Palermo Viejo:

Hoy, en la esquina de las calles Paraguay y Serrano (actualmente Borges) hay un bar. A una cuadra, en la esquina de Borges y Soler, hay un almacén con despacho de bebidas y restaurante que conserva la costumbre de ese tipo de negocios de barrio; se llama “El Preferido”.

Aclaración final:

Como ves, los poemas están ordenados Calamaro-Miguel- Benedetti-Borges; más o menos, según un cierto grado de complejidad, según mis prejuicios.
Podés seguir ese orden, comenzar por el más “difícil”, o alternar uno fácil” y uno “difícil”.
Lo interesante será que intentes resolver la mayor cantidad posible de figuras retóricas antes de la clase de trabajos prácticos.
Ahora, cuando el tema de un diseño trate sobre Buenos Aires, sus colores, Palermo Viejo, etc. contás con algo más.
Si querés diseñar, diseñá.

Bonus Track:
Ya que se trata de una fundación “mítica”, no viene nada mal aplicar
las Figuras del Mito según Roland Barthes (hay algunas facilísimas).